Después de la guerra.
Tras ser herido en el rostro a Simo le tomó varios años recuperarse, ya que la bala expansiva había quebrado su mandíbula y extirpado su mejilla izquierda. Sin embargo tuvo una completa recuperación, después de la guerra se convirtió en un exitoso cazador de alces y criador de perros. Cuando se le preguntó en 1998 como se había convertido en tan buen tirador, el anciano francotirador respondió “Practica”, cuando se le inquirió si lamentaba haber matado a tantas personas él repuso:
“Yo solo hice lo que me dijeron que hiciera lo mejor que pude”.
Simo a su avanzada edad.
Simo Häyhä pasó sus últimos años en una pequeña aldea llamada Ruokolahti, situada en el sudeste de Finlandia cerca de la frontera con Rusia. Falleció el 1 de abril de 2002.
Lápida del inigualable francotirador.
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